Francisco Terán Fernández, gran conocedor de nuestra historia, ocupó desde el año 1946 y hasta su fallecimiento hace pocos años, el cargo de Cronista Oficial de la Ciudad. Personaje notorio de la vida pública tarigeña, ocupó los cargos de Alcalde y de Hermano Mayor de dos de nuestras Cofradías. Poseedor de un gran archivo sobre la historia local, publicó en numerosos programas de feria artículos sobre nuestra historia, tradiciones y costumbres, como el que a continuación presentamos, en un estilo agradable y divulgativo.
Siempre se ha dicho que por todos los caminos se va a Roma. En Tarifa, a este respecto, hay que decir que por todas las calles sé va a "la Calzada". Y es que se tire por donde se tire, a "la Calzada" se sale. Y es que, además, "la Calzada" se busca. Porque "la Calzada" para los tarifeños es el centro, el todo: el lugar a dónde todos acuden, dónde todos se reúnen para celebrar cualquier cosa.
Y ya podrán construir barriadas y más barriadas; y ya podrán esforzarse en hacer cosas monas y atrayentes urbanísticamente, que Tarifa cuando hay cualquier acontecimiento más o menos sonado, lo deja todo para concentrarse en "su Calzada". Porque "la Calzada" para Tarifa es la sala de estar.
Sin que haya grandes distancias, no obstante, con esto de los nuevos núcleos urbanos mucha gente vive lejos. No es como antes. Sin embargo en los atardeceres en fiestas, cuando las familias salen a pasear, a eso que se llama "dar una vuelta", celebrando el holgadero del día, éstas familias no concebirían regresar a sus casas sin haber estado antes en "la Calzada", haber pasado por ella, detenerse al menos un momento a comprarles unas chucherías a los críos. Chucherías que pudieran haber comprado en cualquier lugar, pero que a los crios no les gusta otras chucherías que las que venden en "la Calzada".
La Semana Santa, la gente se va allí con gran antelación para presenciar el paso de las procesiones. Allí, donde el pueblo les canta y les reza a sus Cristos y a sus Vírgenes.
"La Calzada" ha sido siempre oficialmente el paseo de invierno de Tarifa, como fue "la Alameda" paseo de verano. En "la Calzada" tocaba la música hasta Corpus. A partir del Corpus, la música se iba a tocar a "la Alameda"; allí hasta que pasaba la feria.
Y la gente, naturalmente, iba al compás de la música. Hubo una época que se celebraba aquí la Velada del Corpus. Y muy bien por cierto. Tres días de velada. Y para esos tres días a "la Calzada" la exornaban, la iluminaban y la ponían la mar de bonita. Era cuando a la vez se iluminaban y adornaban, muchos con motivos eucarísticos, los balcones y rejas del recorrido de la procesión.
En Tarifa hubo siempre Banda Municipal de Música. Y tras una de sus decadencias, se recuerda aquella banda que reorganizada por el Ayuntamiento y dirigida por Antonio Acuña, hizo su presentación en la apertura de las fiestas del Corpus del año 29, desfilando brillantemente por "la Calzada" con el aplauso y complacencia del vecindario.
"La Calzada" con aquellos sus bancos de madera, y sus farolas que en el año 29 hicieron instalar en "la Alameda", tuvo siempre su atractivo. Y sigue siendo una añoranza.
Esos Carnavales celebrados allí como lugar escogido para concentración y donde a la mañana siguiente los montones de papelillos, verdaderas montañas, acusaban aquellas batallas de confetis, serpentinas y cascarones de huevos, que también entonces era constumbres lanzarlos llenos de papelillos.
Y sobre todo cuando "la Calzada" adquiere la máxima plenitud es la noche de la Entrada de la Virgen, por Septiembre, en ese comenzar de las fiestas. A Tarifa acuden entonces gente de todas partes, gente que afluyen todas a "la Calzada" por las calles que a ella convergen, en verdaderos torrentes. Y en esa noche, como en la de la Procesión, en "la Calzada", antesala magnífica de San Mateo, y que en esas ambas noches el pueblo llega a convertir en Iglesia misma, hierve el gentío, que se apiña en las aceras para ver el paso de la Virgen y después el desfile de la Cabalgata.
Siempre se ha dicho que por todos los caminos se va a Roma. En Tarifa, a este respecto, hay que decir que por todas las calles sé va a "la Calzada". Y es que se tire por donde se tire, a "la Calzada" se sale. Y es que, además, "la Calzada" se busca. Porque "la Calzada" para los tarifeños es el centro, el todo: el lugar a dónde todos acuden, dónde todos se reúnen para celebrar cualquier cosa.
Y ya podrán construir barriadas y más barriadas; y ya podrán esforzarse en hacer cosas monas y atrayentes urbanísticamente, que Tarifa cuando hay cualquier acontecimiento más o menos sonado, lo deja todo para concentrarse en "su Calzada". Porque "la Calzada" para Tarifa es la sala de estar.
Sin que haya grandes distancias, no obstante, con esto de los nuevos núcleos urbanos mucha gente vive lejos. No es como antes. Sin embargo en los atardeceres en fiestas, cuando las familias salen a pasear, a eso que se llama "dar una vuelta", celebrando el holgadero del día, éstas familias no concebirían regresar a sus casas sin haber estado antes en "la Calzada", haber pasado por ella, detenerse al menos un momento a comprarles unas chucherías a los críos. Chucherías que pudieran haber comprado en cualquier lugar, pero que a los crios no les gusta otras chucherías que las que venden en "la Calzada".
La Semana Santa, la gente se va allí con gran antelación para presenciar el paso de las procesiones. Allí, donde el pueblo les canta y les reza a sus Cristos y a sus Vírgenes.
"La Calzada" ha sido siempre oficialmente el paseo de invierno de Tarifa, como fue "la Alameda" paseo de verano. En "la Calzada" tocaba la música hasta Corpus. A partir del Corpus, la música se iba a tocar a "la Alameda"; allí hasta que pasaba la feria.
Y la gente, naturalmente, iba al compás de la música. Hubo una época que se celebraba aquí la Velada del Corpus. Y muy bien por cierto. Tres días de velada. Y para esos tres días a "la Calzada" la exornaban, la iluminaban y la ponían la mar de bonita. Era cuando a la vez se iluminaban y adornaban, muchos con motivos eucarísticos, los balcones y rejas del recorrido de la procesión.
En Tarifa hubo siempre Banda Municipal de Música. Y tras una de sus decadencias, se recuerda aquella banda que reorganizada por el Ayuntamiento y dirigida por Antonio Acuña, hizo su presentación en la apertura de las fiestas del Corpus del año 29, desfilando brillantemente por "la Calzada" con el aplauso y complacencia del vecindario.
"La Calzada" con aquellos sus bancos de madera, y sus farolas que en el año 29 hicieron instalar en "la Alameda", tuvo siempre su atractivo. Y sigue siendo una añoranza.
Esos Carnavales celebrados allí como lugar escogido para concentración y donde a la mañana siguiente los montones de papelillos, verdaderas montañas, acusaban aquellas batallas de confetis, serpentinas y cascarones de huevos, que también entonces era constumbres lanzarlos llenos de papelillos.
Y sobre todo cuando "la Calzada" adquiere la máxima plenitud es la noche de la Entrada de la Virgen, por Septiembre, en ese comenzar de las fiestas. A Tarifa acuden entonces gente de todas partes, gente que afluyen todas a "la Calzada" por las calles que a ella convergen, en verdaderos torrentes. Y en esa noche, como en la de la Procesión, en "la Calzada", antesala magnífica de San Mateo, y que en esas ambas noches el pueblo llega a convertir en Iglesia misma, hierve el gentío, que se apiña en las aceras para ver el paso de la Virgen y después el desfile de la Cabalgata.
Por Francisco Terán Fernández , escrito realizado para la revista Aljaranda 1991 nº 0
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